El andalú: ¿lengua crioya o dialehto cahteyano?

PAO-UNIFICADOCastellano

Autor: J.M. Persánch (2009)
Adaptación: José María De Benito Saucedo
Norma: PAO-UNIFICADO
Fuente: El andaluz: ¿lengua criolla o dialecto castellano?

El andalú: ¿lengua crioya o dialehto cahteyano?

En la ahtualìá, pocoh semoh loh académicoh (filólogo’n mi caso) qu’aún moh atrebemoh a ehponê abiertamente lah dudah sobre l’andalú como dialehto der cahteyano.

La cuehtión me s’antoja de bitâ importanzia, debío a que l’andalú presenta una ehtihmatizazión d’inferiorìá frente ar cahteyano, ohtaculizando una relazión entre igualeh. La opinión populâ jeneralizá sobre l’andalú, aún oi día, eh que se trata de cahteyano mal ablao, en dihtintos graoh i dependiente de múrtipleh bariableh, por tanto, dialehto prozedente der cahteyano i no lengua propia d’una comunìá. Loh ehtereotipoh andaluzeh (bago, incurto, ezt.) no jazen mah que reforzâ la ehtihmatizazión proyehtá a trabéh de la lengua durante sigloh. I eh que loh fahtoreh paralingüíhticoh, por mu ehtennoh que sean a una lengua, yegan a combertirse’n fahtoreh intennoh (ihtoria, soziolojía, economía, ezt.) [1] Eh por eyo que l’ahtitú de l’ablante se plahma’n la realizazión de su lengua n’el abla. Una ahtitú ebìente der cahtellano sobre l’andalú, de la lengua de loh benzedoreh en la reconquihta. Por prehtijio s’azehtan como güenah lah ideah de loh benzeoreh, porque la bihtoria tie prehtijio.[2] […] Ara bien, ese prehtijio sihnifica una azehtazión lográ mah por combenienzia que por imposizión, anque puean darse una i otra forma sin ninguna clase de dramatihmo. La combenienzia eh utilitaria i no toloh ablanteh tien fidelìá azia l’ihtrumento que poseen.[3] Pero, ¿fidelìá a quién? ¿Ar Reino de Castilla? ¿A Isabel II? ¿Azehtazión por combenienzia? ¿De quién?

Loh cahteyanoh benzieron en su reconquihta i sometieron a un’acurturazión a loh abitanteh de la zona reconquihtá, que durante oxo sigloh de presenzia musurmana abían forjao un abla crioya (poh la lengua de loh benzíoh tie qu’adahtarse a la benzeora). Ehto lo abemoh bihto rezientemente, en términoh ihtóricoh, con la lengua’e la única superpotencia ahtuâ n’er mundo, el ingléh, por ejemplo, cuando Ehtaoh Uníoh se jizo con un terzio der territorio de Méjico anessionao trah la firma der Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), tola zona abla aora ingléh. Enanteh s’aprendía latín en época de l’imperio romano i trajo como consecuenzia er desarroyo de lah lenguah romanzes, similarmente, Ehpaña como tar cuenta con 500 añoh d’ihtoria, loh musurmaneh ehtubieron en Andaluzía 8 sigloh, ¿debemoh de pensâ que su abla i su curtura no caló en la poblazión crihtiana d’aquer contehto ihtórico?

Pa creâ un reino (ehtao) fuerte se debe de consolidâ una identìá lo mah omojénea posible, con un fahtô común: la lengua. La Ehpaña de la reconquihta se zimentó sobre’r cahteyano i la relijión católica, d’aí que s’ihnore a l’andalú como lengua crioya, que si bien eh zierto que conserba un gran suhtrato léssico cahteyano, presenta múrtipleh rahgoh propioh. Pidgin eh la bariedá lingüíhtica que se crea a partî de doh o mah lenguah con er fin de satihfazê nezesìaeh imminentes de comunicazión entre indibiduoh que no poseen ninguna bariedá en común (ehtá pasando ahtuarmente con el spanglish, ¿por qué negâ que suzediera jaze sigloh con el latín (romanzeh) i el árabe?) Lah lenguah pidgin no tien ablanteh natiboh, porque son soluzioneh sozialeh i, por eyo, se carahterizan por normah de acehtabilìá. Eh er paso prebio ar nacimiento de toa lengua crioya. Cuando er pidgin encuentra ablanteh natiboh, pasa a sê lengua crioya, i ehta ya no eh ninguna de lah anterioreh, sino un íbrido, otra cosa. La lengua crioya se desarroya, s’enriqueze, aumenta su complejìá morfo-sintáhtica, desarroya bariedá léssica i sobre to se combierte’n bariedá matenna d’una comunìá. Toh ehtoh fahtoreh se dan en el andalú:

  • Se desarroya: La prueba indihcutible de que l’andalú s’a desarroyao eh la acumulazión de particularìaeh que presenta en toloh ahpehtoh de la lengua que no encuentran equibalente’n cahteyano.
  • S’enriqueze: Toma un gran suhtrato del léssico cahteyano, pero no rexaza influenziah árabeh. (Arjamiá-mozárabe-cahteyana).
  • Aumenta su complejìá morfo-sintáhtica: El andalú no elimina u omite na, sino que por el contrario l’andalú se configura por un sihtema de suhtituzión, no d’eliminazión en oposizión ar cahteyano. Jexo que loh cahteyanopallanteh no cahtan pol la complejìá d’ehte comportamiento lingüíhtico, d’aí que, por ejemplo, cuando imitan el azento andalú se limitan a no pronunciâ lah eseh finaleh; pero Los pájaros pasa a sê loh páharo. La ese no eh omitía, sino suhtituía por un’ahpirazión, i la segunda no se jaze nezesaria porque cuando’r suhtantibo comienza por consonante, er plurâ der mihmo quea indicao por medio de la propia ahpirazión, por tanto, l’ahpirazión eh a su beh rahgo fonético i tamién marcaô morfolójico desinenzia plurâ. Lo mihmo ocurre con loh tomate (los tomates), lah mano (las manos), lah palmera (las palmeras)… cuando’r suhtantibo empieza por bocâ la ese eh pronunziá pero guarda su carga morfolójica: los oho (los ojos).
  • Desarroya bariedá léssica i semántica: Independenzia léssica con palabrah que no encuentran correhpondenzia’n cahteyano i uso de palabrah ehpañolah con dihtinzión de sihnificao. [4] Aemáh de la conserbazión d’arcaíhmoh der cahteyano antiguo.
  • Se combierte’n bariedá matenna d’una comunìá: Eh ebìente que l’andalú eh la lengua matenna/veiculâ en Andaluzía.

Otrah considerazioneh o «requisitoh» pa sê lengua en lugâ’e dialehto, sigún la mayoría de teoríah lingüíhticah, eh poseê: ortografía (er dialehto se carahteriza por no sê ehcrito), gramática i literatura propiah:

  • Ortografía: Si bien eh zierto qu’a día d’oi el andalú no cuenta con una ortografía normatiba de l’andalú, conozemoh barioh intentoh pa reflejâ suh rahgoh, anque no ehtensible a toa Andaluzía debío a su bariedá intenna. Ahtuarmente son barioh loh intentoh pa dotarse d’una ortografía andaluza, como lah dibersah propuehtah presentáh pol la Hunta d’Ehkritoreh n’Andalú (Junta de Escritores en Andaluz).
  • Gramática: Ogaño er dialehto andalú sigue sin poseê una gramática normatiba dihtinta a la ehpañola. Sin embargo, a lo largo de la ihtoria s’an elaborao propuehtah de gramática de l’andalú, que nunca yegaron a aprobarse ofiziarmente. La úrtima s’elaboró durante la II República ehpañola, siendo presentá en lah Corteh junto a l’Ehtatuto d’Autonomía d’Andaluzía, pero por mo de l’ehtayío de la de la Guerra Civil ehpañola en 1936 jamáh yegó a aprobarse.
  • Literatura: Argunas obrah literariah ihtóricah en andalú son lah siguienteh: er sainete Los hijos del tío tronera de l’Antonio García Gutiérrez (parodia de El trovador der mihmo autô); El esquilaor, parodia de El trovador de l’Antonio García Gutiérrez; El libreto de el amor brujo der Gregorio Martínez Sierra; El libreto de la vida breve der Carlos Fernández-Shaw; Los entremeses de loh Hermanos Álvarez Quintero como Ganas de reír i ¿A qué venía yo?

Ehte artículo no tiene afán dohtrinâ, i por tanto no fue ehcrito creyéndose en posesión de la berdá, en ér simplemente e señalao cuehtioneh que permiten pensâ sobre l’andalú como lengua crioya arjamiá-mozárabe-cahteyana en beh de dialehto cahteyano, a trabéh de cuehtioneh curturaleh, ihtóricah, soziolójicah i ehtableziendo paralelihmoh que fundamentan la duda. Sobre loh oríjeneh, munxah preguntah quean abiertah o, ar menoh, encuentran rehpuestah ambiguah i parzialeh, dependiendo de la mano qu’ehcribe. Yo umirdemente creo n’el andalú como ibridazión lingüíhtica, pol lo tanto lengua propia d’Andaluzía, una lengua pidgin (anteh de tenê ablanteh natiboh i pasâ a sê lengua crioya) que combina rahgoh fonéticoh, morfo-sintáhticoh de l’arjamía, con una base léssica esenziarmente cahteyana, sarpicá con otrah bozeh léssicah der mozárabe, fueraparte d’una fuerte aportazión morfo-sintáhtica iguarmente cahteyana. Por to eyo, me sumo a la opinión ehpresá por David Hidalgo: Yo no hablo un mal castellano sino un perfecto andaluz.

No ohtante, pa finalizâ, eh mu reseñable qu’en la nueba era que s’abezina, i y’abemoh comenzao a ehperimentâ ende la década de 1990, d’un’ardea globâ de comunicazión i tehnolojía, er cahteyano i el andalú s’encuentran immersoh en un prozeso de nibelazión lingüíhtica, i lah fronterah entre amboh son ca beh mah borrosah. A medía que lah nuebah tehnolojíah irrumpen en la bía cotidiana, lah dihtanziah s’acortan. Primero fue la radio, er teléfono, aluego la telebisión i aora internet i teléfonoh móbileh d’úrtima jenerazión (tamién, cómo no, con azzeso a internet). Enanteh salî, por ejemplo, d’Ehpaña pa bibî n’el ehtrajero suponía perdê un contahto prolongao con tu curtura, tu lengua, ezt. Oi día eh lo mihmo bibî en Madrid qu’en Londres, en Sydney, New York o Tokio. Poh tu curtura, tu lengua i tu bía anteriô ehtán a sólo un click de ratón.
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[1] Alvar, Manuel. Manual de dialectología: El Espanyol de España. P.14
[2] Ibid. P.16
[3] Ibid. P.16
[4] Ver Alcalá Venceslada, Antonio. Vocabulario andaluz. (1933)

Artículo publicao n’er número 2 de la Revista digital de Humanidades Sárasuati © 2009 ISSN 1989-564X.

Autor: J.M. Persánch (2009)
Idioma: Castellano
Fuente: El andaluz: ¿lengua criolla o dialecto castellano?

El andaluz: ¿lengua criolla o dialecto castellano?

En la actualidad, pocos somos los académicos (filólogo en mi caso) que aún nos atrevemos a exponer abiertamente las dudas sobre el andaluz como dialecto del castellano.

La cuestión se me antoja de vital importancia, debido a que el andaluz presenta una estigmatización de inferioridad frente al castellano, obstaculizando una relación entre iguales. La opinión popular generalizada sobre el andaluz, aún hoy día, es que se trata de castellano mal hablado, en distintos grados y dependiente de múltiples variables, por tanto, dialecto procedente del castellano y no lengua propia de una comunidad. Los estereotipos andaluces (vago, inculto, etc.) no hacen más que reforzar la estigmatización proyectada a través de la lengua durante siglos. Y es que los factores paralingüísticos, por muy externos que sean a una lengua, llegan a convertirse en factores internos (historia, sociología, economía, etc.) [1] Es por ello que la actitud del hablante se plasma en la realización de su lengua en el habla. Una actitud evidente del castellano sobre el andaluz, de la lengua de los vencedores en la reconquista. Por prestigio se aceptan como buenas las ideas de los vencedores, porque la victoria tiene prestigio.[2] […] Ahora bien, ese prestigio significa una aceptación lograda más por conveniencia que por imposición, aunque puedan darse una y otra forma sin ninguna clase de dramatismo. La conveniencia es utilitaria y no todos los hablantes tienen fidelidad hacia el instrumento que poseen.[3] Pero, ¿fidelidad a quién? ¿Al Reino de Castilla? ¿A Isabel II? ¿Aceptación por conveniencia? ¿De quién?

Los castellanos vencieron en su reconquista y sometieron a una aculturación a los habitantes de la zona reconquistada, que durante ocho siglos de presencia musulmana habían forjado un habla criolla (pues la lengua de los vencidos tiene que adaptarse a la vencedora). Esto lo hemos presenciado recientemente, en términos históricos, con la lengua de la única superpotencia actual en el mundo, el inglés, por ejemplo, cuando Estados Unidos se hizo con un tercio del territorio de México anexionado tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), toda la zona habla ahora inglés. Antes se aprendía latín en época del imperio romano y trajo como consecuencia el desarrollo de las lenguas romances, análogamente, España como tal cuenta con 500 años de historia, los musulmanes estuvieron en Andalucía 8 siglos, ¿debemos pensar que su habla y su cultura no caló en la población cristiana de aquel contexto histórico?

Para crear un reino (estado) fuerte se debe consolidar una identidad lo más homogénea posible, con un factor común: la lengua. La España de la reconquista se cimentó sobre el castellano y la religión católica, de ahí que se ignore al andaluz como lengua criolla, que si bien es cierto que conserva un gran sustrato léxico castellano, presenta múltiples rasgos propios. Pidgin es la variedad lingüística que se crea a partir de dos o más lenguas con el fin de satisfacer necesidades inminentes de comunicación entre individuos que no poseen ninguna variedad en común (está pasando actualmente con el spanglish, ¿por qué negar que sucediera hace siglos con el latín (romances) y el árabe?) Las lenguas pidgin no tienen hablantes nativos, porque son soluciones sociales y, por ello, se caracterizan por normas de aceptabilidad. Paso previo al nacimiento de toda lengua criolla. Cuando el pidgin encuentra hablantes nativos, pasa a ser lengua Criolla, y ésta ya no es ninguna de las anteriores, sino un híbrido, otra cosa. La lengua criolla se desarrolla, se enriquece, aumenta su complejidad morfo-sintáctica, desarrolla variedad léxica y sobre todo se convierte en variedad materna de una comunidad. Todos estos factores se dan en el andaluz:

  • Se desarrolla: La prueba inequívoca de que el andaluz se ha desarrollado es la acumulación de particularidades que presenta en todos los aspectos de la lengua que no encuentran equivalente en castellano.
  • Se enriquece: Toma un gran sustrato del léxico castellano, pero no rechaza influencias árabes. (Aljamiada-mozárabe-castellana).
  • Aumenta su complejidad morfo-sintáctica: El andaluz no elimina u omite nada, sino que por el contrario el andaluz se configura por un sistema de sustitución, no de eliminación en oposición al castellano. Hecho que los castellanoparlantes no captan por la complejidad de este comportamiento lingüístico, de ahí que, por ejemplo, cuando imitan el acento andaluz se limitan a no pronunciar las eses finales; pero Los pájaros pasa a ser loh páharo. La ese no es omitida, sino suplida por una aspiración, y la segunda no se hace necesaria porque cuando el sustantivo comienza por consonante, el plural del mismo queda indicado por medio de la propia aspiración, por tanto, la aspiración es a su vez rasgo fonético y también marcador morfológico desinencia plural. Lo mismo ocurre con loh tomate (los tomates), lah mano (las manos), lah palmera (las palmeras)… cuando el sustantivo empieza por vocal la ese es pronunciada pero guarda su carga morfológica: los oho (los ojos).
  • Desarrolla variedad léxica y semántica: Independencia léxica con palabras que no encuentran correspondencia en castellano y uso de vocablos españoles con distinción de significado. [4] Además de la conservación de arcaísmos del castellano antiguo.
  • Se convierte en variedad materna de una comunidad: Es evidente que el andaluz es la lengua materna/vehicular en Andalucía.

Otras consideraciones o «requisitos» para ser lengua en lugar de dialecto, según la mayoría de teorías lingüísticas, es poseer: ortografía (el dialecto se caracteriza por no ser escrito), gramática y literatura propias:

  • Ortografía: Si bien es cierto que a día de hoy el andaluz no cuenta con una ortografía normativa del andaluz, conocemos varios intentos para reflejar sus rasgos, aunque no extensible a toda Andalucía debido a su variedad interna. Actualmente son varios los intentos para dotarse de una ortografía andaluza, como los diversas propuestas presentadas por la Hunta d’Ehkritoreh n’Andalú (Junta de Escritores en Andaluz).
  • Gramática: A día de hoy el dialecto andaluz sigue sin poseer una gramática normativa distinta a la española. Sin embargo, a lo largo de la historia se han elaborado propuestas de gramática del andaluz, que nunca llegaron a aprobarse oficialmente. La última se elaboró durante la II República española, siendo presentada en las Cortes junto al Estatuto de Autonomía de Andalucía, pero debido al estallido de la de la Guerra Civil española en 1936 jamás llegó a aprobarse.
  • Literatura: Algunas obras literarias históricas en andaluz son las siguientes: el sainete Los hijos del tío tronera de Antonio García Gutiérrez (parodia de El trovador del mismo autor); El esquilaor, parodia de El trovador de Antonio García Gutiérrez; El libreto de el amor brujo de Gregorio Martínez Sierra; El libreto de la vida breve de Carlos Fernández-Shaw; Los entremeses de los Hermanos Álvarez Quintero como Ganas de reír y ¿A qué venía yo?

Este artículo no tiene afán doctrinal, y por tanto no fue escrito creyéndose en posesión de la verdad, en él simplemente he señalado cuestiones que permiten pensar sobre el andaluz como lengua criolla aljamiada-mozárabe-castellana en lugar de dialecto castellano, a través de cuestiones culturales, históricas, sociológicas y estableciendo paralelismos que fundamentan la duda. Sobre los orígenes, muchas preguntas quedan abiertas o, al menos, encuentran respuestas ambiguas y parciales, dependiendo de la mano que escribe. Yo humildemente creo en el andaluz como hibridación lingüística, por tanto lengua propia de Andalucía, una lengua pidgin (antes de tener hablantes nativos y pasar a ser lengua criolla) que combina rasgos fonéticos, morfo-sintácticos de la aljamía, con una base léxica esencialmente castellana, salpicada con otras voces léxicas del mozárabe, además de una fuerte aportación morfo-sintáctica igualmente castellana. Por todo ello, me sumo a la opinión expresada por David Hidalgo: Yo no hablo un mal castellano sino un perfecto andaluz.

No obstante, para finalizar, es muy reseñable que en la nueva era que se avecina, y ya hemos comenzado a experimentar desde la década de 1990, de una aldea global de comunicación y tecnología, el castellano y el andaluz se encuentran inmersos en un proceso de nivelación lingüística, y las fronteras entre ambos son cada vez más borrosas. A medida que las nuevas tecnologías irrumpen en la vida cotidiana, las distancias se acortan. Primero fue la radio, el teléfono, luego la televisión y ahora internet y teléfonos móviles de última generación (también, como no, con acceso a internet). Antes salir, por ejemplo, de España para vivir en el extranjero suponía perder un contacto prolongado con tu cultura, tu lengua, etc. Hoy día es lo mismo vivir en Madrid que en Londres, en Sídney, Nueva York o Tokio. Pues tu cultura, tu lengua y tu vida anterior están a sólo un click de ratón.
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[1] Alvar, Manuel. Manual de dialectología: El Espanyol de España. P.14
[2] Ibid. P.16
[3] Ibid. P.16
[4] Ver Alcalá Venceslada, Antonio. Vocabulario andaluz. (1933)

Artículo publicado en el número 2 de la Revista digital de Humanidades Sárasuati © 2009 ISSN 1989-564X.