Principales razones por las que usar las grafías ⟨c⟩, ⟨qu⟩, ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩ al escribir en andaluz

Original

Autor: José María De Benito, ‘Xema’
Fecha: 29 de Mayo de 2025

Principales razones por las que usar las grafías ⟨c⟩, ⟨qu⟩, ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩ al escribir en andaluz

Teniendo en cuenta que actualmente se tiende a transcribir el andaluz de forma que se asemeje a la fonética, a alguien le podría resultar llamativo el hecho de que en lugar de adoptar una solución estrictamente fonética como es la de usar únicamente el grafema ⟨k⟩ para el sonido /k/ y el grafema ⟨g⟩ para el sonido /g/; exista alguna propuesta, como es el caso de la PAO, que haya apostado por el empleo del grafema ⟨c⟩ ante a, o, u y del dígrafo ⟨qu⟩ ante e, i para /k/, además del dígrafo ⟨gu⟩ ante e, i para /g/ (⟨gü⟩ en el caso de /gw/). Pues esto tiene una explicación sencilla y que atiende, principalmente, a tres razones distintas pero relacionadas entre sí:

  • Mantener una cierta continuidad con los sistemas de escritura andaluza usados en la tradición literaria.
  • Compartir algunos elementos comunes con otras lenguas romances.
  • Dotar de cierta familiaridad al sistema ortográfico.

De modo que una vez hemos introducido de una forma sintetizada estas tres razones, pasaremos a desarrollar cada uno de estos puntos acompañándolos de algunos ejemplos que faciliten su comprensión.

Mantener cierta continuidad con la tradición literaria
Al no existir un sistema de escritura propio para el andaluz, los literatos y folcloristas de antaño hicieron uso de una escritura intuitiva que variaba según el autor para representar, con mayor o menor acierto, la forma de hablar de los andaluces y andaluzas. Pero, aunque la forma de respresentar el andaluz podía variar de un escritor a otro, lo que sí es cierto es que todos coincidieron en la utilización de los elementos ortográficos ⟨c⟩, ⟨qu⟩, ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩ como podemos ver a continuación:

    «…¡Enseguiíta! En cuanto loh loboh bieron q’en lah majáh nuehtrah le jatisaban candela, una noche…, ¡ay, la que jisieron con er ganao d’ehte pobre! No dejaron una reh que no ehtuviera muerta o jería…»
    Cuentos de Animales, Blas Infante

    «Mare, me jeché arena zobre la quemaúra.
    Te yamé, te yamé dejde er camino… ¡Nunca
    ejtubo ejto tan zolo! Laj yama me comían,
    mare, y yo te yamaba, y tú nunca benía!
    »
    La carbonerilla quemada, Juan Ramón Jiménez

    «Manque en una cruz te pongas
    bestío e Nasareno,
    Y pegues las tres caías,
    en tus palabras no creo.
    »
    Cantes Flamencos, Antonio Machado Álvarez

    «¿Qué por qué no quiero ir
    y quiero estar encerrá?
    Pos te lo voy a decir:
    Me da vergüenza salir
    con la cabeza pelá.
    »
    La Pelá, José María Álvarez de Sotomayor

Elementos comunes con otras lenguas romances
Es innegable que el andaluz es una lengua iberorromance (posiblemente surgida de la mezcla del castellano medieval con el suatrato lingüístico andalusí) como lo son el castellano, el gallego, el asturleonés o el portugués; lenguas que utilizan ⟨c⟩, ⟨qu⟩, ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩ en sus respectivas ortografías. Pero estas grafías no sólo se emplean en las lenguas iberorromances, sino que también en las occitanorromances como son el catalán-valenciano-balear y el aranés; haciéndose también uso de estas incluso fuera de la Península Ibérica como en el caso del francés.

    gallego
    «¡Qué cofias tan brancas!
    ¡Qué panos con freco ! . . .
    ¡Qué dengues de grana!
    ¡Qué sintas!, ¡qué adresos!
    »
    Cantares Gallegos, Rosalía De Castro

    asturleonés
    «-¡Sima Dios! -arrespondí yo-, esa culpa non é de ellos sinón nuestra; a güen seguru que si nós jeciéramos asina cuando ellos traten de que los unviemos a Madrid de deputaos…»
    Viaxe del tiu Pacho el Sordu a Uviedo, Enriqueta González Rubín

    valenciano
    «…e no el pogueren jamés apagar per molta aigua que hi llançassen, ans com més aigua hi llançaven més s’encenia.»
    Tirant lo Blanc, Joanot Martorell

    francés
    «Je n’aime guère prendre le ton d’un moraliste. Mais le danger des baobabs est si peu connu, et les risques courus par celui qui s’égarerait dans un astéroïde sont si considérables, que, pour une fois, je fais exception à ma réserve.»
    Le Petit Prince, Antoine de Saint -Exupéry

Familiaridad con el sistema ortográfico
Los andaluces, al no haber contado con un sistema de escritura propio para el andaluz ya que se trata de una lengua o dialecto minorizado, están familiarizados con la ortografía castellana que, al ser una lengua iberorromance, emplea el grafema ⟨c⟩ y los dígrafos ⟨qu⟩, ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩. Es por ello que el uso de estos elementos podría ayudar a acercar un sistema ortográfico a la gente, que ya de por sí puede contar con elementos que pueden percibirse como ajenos, como es el uso de ⟨x⟩ en lugar de ⟨ch⟩ o de vocales con el acento circunflejo; además de evitar posibles equivocaciones al poderse interpretar de forma instintiva el grafema ⟨g⟩ ante e, i como /x/ en lugar de /g/.

Castellano Andaluz
Sólo querían ir a la guerra. Namáh que querían î a la guerra.
Namáh ke kerían î a la gerra.

Ahora bien, habiendo expuesto y desarrollado estos puntos, estimamos que es importante señalar que, al ser reglas ortográficas que siempre se aplican de la misma manera en todas las situaciones, es decir, que para representar el sonido /k/ delante de e, i se usa ⟨qu⟩ y delante de a, o, u se usa ⟨c⟩; y para representar los sonidos /g/ y /gw/ delante de e, i se usa ⟨gu⟩ y ⟨gü⟩ respectivamente; no se genera ambigüedad al transcribir una palabra de la oralidad a la escritura. No así como ocurre en el castellano con los grafemas ⟨b⟩ y ⟨v⟩ que, por ejemplo, en el caso de la palabra [ˈbäkä] tenemos como posibles transcripciones vaca y baca con distinto significado dependiendo del grafema empleado para representar el sonido /b/, de forma similar a lo que ocurre con el grafema ⟨h⟩ en esta misma lengua; lo cual genera ambigüedad si se desconoce el contexto además de obligar al hablamente a conocer previamente la forma en que se escribe la palabra.

[aɹˈkoː] → arcô [ko̞liˈɸlɔː] → coliflô [hiˈɣe̞ɾä] → jiguera
[ke̞ˈxʰio̞] → quejío [täˈkiʝä] → taquiya [pinˈɡwino̞] → pinino

Así que, al dotarle al sistema ortográfico de una cierta continuidad con la tradición escrita sin que esto cree ningún tipo de ambigüedad al transcribir el andaluz, llegamos a la conclusión de que puede considerarse como una práctica positiva el seguir usando ⟨c⟩, ⟨qu⟩ para /k/ y ⟨gu⟩, ⟨gü⟩ para /g/, /gw/ a la hora de escribir en andaluz.